Pocos desastres naturales se convierten en momentos históricos, pero el terremoto del 85 en México es uno de esos escasos momentos. Un hecho que tocó a la capital de un país entero, y cuyo efecto se desbordó hacia el interior y posteriormente hacia el extranjero. Pocas veces algo tan colectivo tiene al mismo tiempo toques tan personales como este evento. Fue una tragedia colectiva, y al mismo tiempo también fue un evento muy personal, que cada quien vivió y sintió a su manera. Eso es lo que nos refleja el Terremoto de Tere Topete: una narrativa que cuenta lo que fue una tragedia humana de gran magnitud, al mismo tiempo que aporta las diferentes perspectivas y los tonos tan particulares de cada uno de los personajes. El tiempo es algo que ha transformado y nos ha dado una visión histórica de este acontecimiento. De la misma manera, Topete enlaza su relato con el incansable y constante elemento del tiempo, que viene a marcar la pauta de la narrativa, así como definió a un país entero en 1985.