¿Quien iba a creer que todo lo que pasó, realmente sucedió en un sueño?
Fue una aventura extraña, llena de emociones y movimientos. No podía quedarme quieta, solo quería moverme e ir de un lugar a otro.
Los girasoles se volvieron mi flor favorita desde ese entonces; cada vez que veo un tren vintage, no puedo dejar de compararlo con el que vi en aquella estación; cada colina que veo, aunque sea de dibujo, no dejo de pensar que tal vez sea el que yo conocí.
He formulado teorías sin ningún fundamento; y cada que pasa el tiempo, mi perspectiva a cambiado. Pero, ha sido una de las aventuras más bellas que he vivido. No importa si nadie me cree; igual, este relato no se trata de eso. Sólo hay que disfrutar de lo que fue; y de dejarse llevar por la historia.